"En mi mente retumbaban las voces de los que me vaticinaron el más rotundo de los fracasos. La palabra derrota cobraba en mí un significado patético. En la confusión de mis pensamientos llegué a considerar válida la sentencia de la gran mayoría, lo que implicaba una forma de admitir que yo no estaba en mi sano juicio. La idea
que surco mi mente como un relámpago, me sobresaltaba aún más. ¿Habré perdido la razón?."
Carlos I. Gesell, 1934.
de OMAR MASOR